Malos despertares
"Me acabo de levantar pero me duele la cabeza y tengo el cuerpo hecho polvo". ¿Te sientes identificado? Si cuando te despiertas sientes molestos dolores de cabeza que remiten según transcurre la mañana o sientes que tu cuerpo no está nada flexible puede que necesites un cambio en tus hábitos. Lo primero que debes tener en cuenta es si tu cama es la adecuada para tí. Debe ser de la largura suficiente como para que puedas dormir completamente estirado, debe ser firme (nunca demasiado blanda) y debe estar sustentada por un buen somier. En la actualidad hay muchos tipos de colchones: latex, futón, muelles... y todos ellos aseguran un buen descanso siempre que no superen la edad aconsejada por el propio fabricante (habitualmente unos diez años).
Otro aspecto que influye en el descanso es, sin duda, la temperatura de la habitación. Por la noche no hace falta tanto calor para dormir ya que, el exceso de calefacción, carga el ambiente e impide una correcta respiración. En lo que se refiere al lecho, los naturistas y más en concreto el Feng Shui aconsejan que tu cama tenga la cabeza hacia el norte y, a ser posible, nunca orientada hacia el sur.
Si tu cama cumple todos los requisitos explicados antes pero aún te duele la cabeza al levantarte deberías cuidar tu postura. Inclinar demasiado la cabeza hacia delante o adquirir una postura fetal demasiado forzada pueden ser las causantes de tus malestares matutinos. Y es que, las posturas del cuerpo son extremadamente importantes a la hora de cargar nuestras pilas durante la noche.
Pese a todo, te sigue doliendo la cabeza. Pues bien, tienes dos modos de erradicarla día tras día: una ducha de agua caliente que acabe con agua fría (te dará vigor aunque al principio te cueste) y practicar una serie de estiramientos. Una vez de pie, estira la espalda, luego el cuello, gíralo hacia los lados suavemente, pon los brazos en jarras y gira hacia los lados, inclínate y coge las puntas de tus pies notando cómo se estira todo tu cuerpo... ten imaginación en los estiramientos. Prueba poco a poco y suavemente todos los estiramientos que se te ocurran y que notes que te vienen bien para activar tu cuerpo por la mañana. Con estos consejos madrugar será (sólo) un poquito menos duro.
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